martes, 9 de junio de 2009

Presentaciones del N° 5 de El Salmón


Lugares y fechas de próximas presentaciones:


Mérida

Viernes 12 de junio de 2009
7.00 pm
Feria Internacional del Libro Universitario de Mérida (Filu)
Centro de Convenciones Mucumbarila
Espacio "Blas Coll"

Caracas
Martes 16 de junio de 2009
7.00 pm
Escuela de Letras UCV
Aula 201

Coro
Jueves 16 de julio de 2009
3.00 pm
Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (Unefm)
Auditorio del Núcleo Docente "Los Perozo"

El Salmón N° 5


Significantes de lo prohibido, las groserías son constantes en la efímera instancia de lo oral, el perecedero instante del grito. Sin embargo, pueden devenir incómodas cuando alcanzan una altura estética a través de la estrategia —perdurable— de lo escrito, ya sea para develar una pasión escatológica, o para balancear al poema entre la pulsión tanática y la genitalidad de un discurso erótico. Este nuevo número de El Salmón - Revista de Poesía se propone la legitimación de la grosería, el erotismo explícito, el improperio y las dinámicas de la vulgaridad como sustancia poética presente en la literatura nacional. No es sólo una audacia, sino la ocasión de presentar un corpus poético que la crítica institucionalizada ha excluido casi completamente de su lecturas.
En esta nueva entrega Luis Miguel Isava realiza una lectura del poemario Erotia (1986) de Alejandro Salas; Daniela Jaimes-Borges reflexiona sobre los incendiarios Poemas antimayéuticos (1977) de Néstor Caballero y Arnaldo E. Valero escribe acerca de la poesía del tabernero merideño Pedro María Patrizi. El dossier poético está conformado por textos de Pedro María Patrizi, Néstor Caballero, Jesús Enrique Guédez, Antonio Urdaneta, Carlos Borges, Iñaki de Errandonea, Josefóscar Ochoa, Caupolicán Ovalles, Vicente Lecuna y Alejandro Salas. En las sección de poesía inédita presentamos una selección del poemario Velada de Varonas de Néstor Caballero, y en esta ocasión "El alevín" es Enio Escauriza, con una selección de textos poegráficos. Inaguramos, además, la sección "Zonas abisales", en la que se abordarán temas y casos particulares poco estudiados de nuestra poesía. Como primer caso presentamos la vida y obra del extraordinario personaje Josefóscar Ochoa. Cierran la edición tres breves notas sobre poemarios de Manuel Rodríguez-Cárdenas, María Calcaño y Ludovico Silva.
Queremos aprovechar este mensaje para comunicar el ingreso de Raquel Abend van Dalen al equipo editorial de nuestra revista.

Próximo número: "Desvarío".

martes, 26 de mayo de 2009

El alevín III - Enio Escauriza

Enio Escauriza (Caracas, 1975)


En El Salmón N° 5, "Vulgar", aparece recogida, en la sección "El alevín", una muestra de textos de la serie Poégrafo del poeta caraqueño Enio Escauriza. Una vez más, usamos el espacio de nuestro blog para ampliar esa selección con otros textos del mismo autor.


Yo soy el último

Yo soy el último
el cara de libro
el portada barata
mi foto la tomó un loco
que corría calle abajo
y llevaba una gallina en los brazos.

Yo soy el que termina
el que rompe con la vieja escuela
el que desecha gente
al que la gente lo desecha.

El peor, el gordo, el borracho
el que vive en el centro
el que vio a la monja loca
deambular por la Nueva Granada
y no le gritó nada y no la acusó de nada.

Yo soy el que come chicharrón
en esta sociedad fashion pop
creo profundamente en la arepa
mi belleza es interna
y tienen que ponerle para encontrarla
no creo en poeta ni en poesía
todo eso es pose y entre poses andamos
cuando la palabra es excusa
sale el humo blanco de la mentira.

Iré al infierno
porque digo infierno sin ningún temor
y todos estos poemas anteriores desaparecerán
como yo
como todos
como quienes leen esto
como quienes nunca lo leyeron
como quienes nunca lo leerán
mi compromiso es con mis amigos
pero no tengo amigos
porque 600 amigos en esta idiotez de submundo
no es tener amigos.

Esta es la farsa
esta es la mentira
y después que la diga
todo empezará a suceder


Hundertwasser. El occidental, 1977. Aguafuerte.


Reporte de mi vida, 10 de Enero, para mis amigos y familia

Me estoy abriendo los sesos
Metiéndome sangre verde
Viendo el pajarito y hablándole
Entendiendo la ciudad desde su silbido
Mi dedo es la rama del árbol de la vida
En él más de un ave hermosa ha cagado y comido
Estoy viendo las tardes
Por fin pude ver las tardes
Entender que el sol se pone en mi hombro izquierdo
Porque tengo atravesada la felicidad
Me estoy jorungando el destino
Y acaso quién no lo hace al abrir los ojos
Me estoy callando los gritos
No hago otra cosa que calmar los monstruos
Coserlos y coserlos boca con boca
Para que no cuente que también estuve fumando nubes
Con filtro claro está
Para que no se me revienten los bronquios
Por tanta pimienta en los ojos
Por tanta cebolla recién picada
Por cada cortadita chiquita pero cómo duele
Estamos listos
Para decir que andamos en esto
En esto de solamente andar a ver qué pasa
Que no sé exactamente en qué ando
Si en realidad me andan y también ando viendo
La cosa es que parece que eso es la vida
Empezar a hacerse cosas
Como para ver qué pasa
Meter el dedo en el ombligo de la suerte
Y sacárselo por la nariz a las contingencias
Y volverlo a introducir por el oído de la apariencia
Y dejarlo todo así
Enredado, básicamente estoy enredado
La felicidad me causa sólo dos cosas.



enio.escauriza@gmail.com

lunes, 25 de mayo de 2009

Poemas de Josefóscar Ochoa


Los siguientes poemas de Josefóscar Ochoa fueron transcritos por Alí Lameda para la compilación
El paquete erótico, editada en 1980 para una exposición que ya hemos reseñado en este blog. En el 5to número de El Salmón, titulado "Vulgar", incluimos el soneto titulado "El Obispo Galante". Ahora colgamos los otros tres textos para continuar con la difusión de la vida y obra de este extraño poeta, al cual hemos abordado en la sección "Zonas abisales" de nuestro más reciente número.


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Josefóscar Ochoa (seud. de José Manuel Ochoa Troya) (Valencia, 1907-¿París?, 1954). Poeta. Fundador del llamado “vitalismo” en Venezuela. Sufrió cárcel y censura durante la dictadura de Juan Vicente Gómez. Algunos de sus libros son Flores de Infierno y Santidad (1927), Versos perversos (1928), Poemas parisienses (1954) y la autobiografía Palabras que condensan mi doloroso destino (1936). Su libro más polémico y el único que alcanzó varias ediciones se titula El tratado vital (1932).

Alí Lameda (San Francisco, 1923-Caracas, 1995). Poeta y crítico larense. Entre los años 1967 y 1974 fue prisionero del gobierno de Kim Il-Sung, acusado de ser agente de la CIA. Algunos de sus poemarios más significativos son Los juncos resplandecidos: décimas al Vietnam heroico y mártir (1968) y Sonetos del viajero enlutado (1975).

domingo, 24 de mayo de 2009

Poemas antimayéuticos - Néstor Caballero



Como complemento del artículo escrito por Daniela Jaimes-Borges para "Vulgar", presentamos la portada e ilustración central de Poemas antimayéuticos (1977) de Néstor Caballero, realizadas por el artista plástico Freddy Pereyra para este libro editado por la Galería Unicornio Rojo de Cumaná. Este es uno de los pocos ejemplares que sobrevivó a la quema pública realizada en una plaza de San Cristóbal, comandada por la Iglesia y otras instancias sociales igualmente pudorosas de aquél momento. Afortunadamente, otro ejemplar de este libro puede ser consultado en la Biblioteca Nacional de Venezuela bajo la cota V861.44 C112po. Sirva como reparación de semejante bibliocausto la siguiente muestra de poemas, también complementaria de la que ya aparece recogida en el 5to número de El Salmón.


6to. Añito o mamaíta yo no voy para la Escuela

Estoy
Acantilado
pútrico
recorrido
En ese tiempo en que todavía
volaban los pájaros
me enseñaron las formas geográficas del
mundo
sus hombres con los números y batallas a cuestas
a levantar y sentarme
a mirar hacia arriba para ver caras carrasposas
fritas de aburrimiento
me enseñaron a tener mi sexo oculto
y no mirar para el baño de las niñas
a recibir palizas de mayores cadáveres que el mío
a no mearme en la cama
a sentir indiferencia por las huelgas
por los hombres sepultados
a creer que la libertad
existe
a aplaudir a las hienas insepultas
a respetar los quejiditos de mi madre
ante el cabalgar ajeno de mi padre en otras
piernas
a la luz
a tener un estrellar de hijos
a desvirgar conciencias y pubis sin aromas
a dejar de pintar y escribir MARIQUERITAS
a aplaudir la tortura
(DE los enemigos de la patria)
a beber y fumar para crecer más rápido y
poder ver películas censura "C"
a despreciar las putas y los maricos
a eliminar ladrones
a creer que en el mundo se come
a idolatrar a mi papá porque tiene un aire a Bat-Man
a rezar
a rezar antes de acostarme
para dar gracias a Dios por todo esto
y
así
salí
a
la
vida
como
un
canal
troncozo
y
cabisbajo
en su andar
por las lagañas.




7to. Añito o Parodia Musculatural a César Vallejo. (A quien odio con ternura.)

Un hombre dijo:

La mayor obra de arte que he visto fue Guernica de Picasso.

Otro hombre dijo:

La mayor obra de arte que he visto fue la novela "Crimen y Castigo" de un ruso, "enfermo, grave".

Y otro hombre dijo:

La mayor obra de arte es el olor a Puerto y el olor a Circo.

Y otro dijo:

La mayor obra de arte es el rincón ahumado donde nacen las palabras.

Y otro dijo:

La mayor obra de arte ha sido no dejarme carcomer por el peor de los hongos... la indiferencia.

Y otro dijo:

La mayor obra de arte... he sido yo.

Y el último hombre dijo:

La mayor obra de arte que he visto fue un purpurante chancro sifilítico que me pegó mi hermana.


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Néstor Caballero (Aragua de Barcelona, 1953). Poeta, dramaturgo y narrador. La truculenta vulgaridad de sus Poemas antimayéuticos (1977) provocó que el tiraje del libro fuera recogido y quemado en una plaza de San Cristóbal. Tiene inédito el poemario Velada de Varonas.

miércoles, 15 de abril de 2009

El paquete erótico


Dibujo de Antonio Lazo

A finales del año 1980 se realizó en los altos de la Sala Ocre de Sabana Grande, en Caracas, una exposición que llevó por título El paquete erótico. Fragmentos de la memoria erótica de Venezuela, coordinada por el artista plástico Víctor Hugo Irazábal y el “Grupo Marginal Contracorriente”. Dicha congregación de casi ochenta artistas produjo un gran revuelo y numerosos artículos de prensa que alababan o destrozaban las obras expuestas.

La muestra contemplaba la elaboración de un producto editorial; un “paquete” en el que se contenían alrededor de trescientas hojas individuales multigrafiadas que reproducían dibujos, poemas, caricaturas, fotografías y materiales populares anónimos, los cuales componían una suerte de memoria fragmentaria de la pornografía y el erotismo en nuestro país.


Obras de Rolando Peña, Víctor Hugo Irazábal y José Vilela

En este “paquete” (que pesaba cinco kilos y costaba 350 bolívares) se recogieron, entre muchos otros materiales, obras de los artistas Víctor Hugo Irazábal, Vasco Szinetar, Antonio Lazo, Guillermo Sojo, Octavio Russo, José Vilela, Eneko, Pedro León Zapata, Aníbal Ortizpozo, Jacobo Borges, Perán Erminy, Gillermo Abdala, Oscar Vásquez y Gilberto Ramírez.

Poemas de Vasco Szinetar, Rubén Monasterios y Rafael Cadenas

También se compilaron poemas de Rafael Cadenas, Juan Calzadilla, William Osuna, Juan Liscano, Antonio Urdaneta, José Lira Sosa, Alfredo Chacón, Miguel Márquez, Yolanda Pantin, Armando Rojas Guardia, Nelson Boscán, Laura Antillano, Cósimo Mandrillo, Cecilia Ortiz, Rubén Monasterios, Matilde Daviu, Amparo Alzate, Ángel Miguel Queremel, Josefóscar Ochoa y Carlos Borges. Algunos de estos textos fueron escritos especialmente para la exposición, y no es posible encontrarlos en libros publicados posteriormente por los autores. También se recolectan en este compendio textos narrativos de Salvador Garmendia, Gabriel Jiménez Emán, Armando José Sequera, Denzil Romero y Chevige Guayke, siempre diagramados en compañía de algún dibujo, collage o fotografía. Puede señalarse como un dato de valor la presencia de sendos cuentos de los poetas Carlos Contramaestre y Andrés Athilano.

Algunos materiales populares anónimos incluidos
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Algunos de estos materiales han sido reproducidos en el N° 5 de la revista El Salmón, el cual se titula “Vulgar” y será presentado próximamente en Mérida, Caracas y Coro. Este número, como ya puede adivinarse, intenta la legitimación de la grosería, del erotismo explícito, del improperio y de las dinámicas de la vulgaridad como sustancia poética presente en la literatura nacional. Se trata de la ocasión de presentar un corpus poético que la crítica institucionalizada ha excluido casi por completo de sus lecturas. Pronto comunicaremos más detalles de la edición y las fechas, lugares y horas de las presentaciones.

Queremos dejar constancia de nuestro agradecimiento al Sr. Víctor Hugo Irazábal por haber prestado el material y autorizado su digitalización.

martes, 31 de marzo de 2009

Jesús de Bilbao


De tu ciudad lluviosa, entre la noche
te escapaste hacia este trópico
con tu largo caminar,
tu soledad de perro ensimismado,
toda tu antigua mierda
de viejo soldado,
todo ese caminar de chivo loco
que anduvo por las estepas rusas
tirando balas a los bestias negros
de cruz gamada,
asomándote a la cama de Catalina
con sus cuatro penes gigantescos.
Oh Jesús de Bilbao
vuelve a pelear,
resucita tu campo de batalla,
siempre tendrás en mí al amigo fiel
que te recogerá como a un soldado
cansado de luchar
contra el muro feroz de la esperanza.

____________________18-6-79



Ludovico Silva
De Piedras y campanas. Caracas/Bogotá: Editorial Rayuela/Editorial Pluma, 1979. p.86.
Biblioteca Nacional de Venezuela. Cota: V861.44 S5864


viernes, 27 de febrero de 2009


Se les invita a la presentación del 4to número de El Salmón - Revista de Poesía, el jueves 5 de marzo de 2009 a las 7.00 pm en los espacios de la librería El Buscón, ubicada en el Nivel Trasnocho del C. C. Paseo Las Mercedes. Los esperamos.

Ya vamos por el N° 4



El cuarto número de El Salmón - Revista de Poesía se titula Soldado. En los textos recogidos en este número la palabra y el fusil se entrelazan en un mutuo y violento intercambio de vapores. El poema es el arma y la bala, el pecho y la mano que aprieta el gatillo. Cuando el poeta combatiente revela (no desde la manada ni el ejército) una voz que se urge ajena al poder, se convierte en la última trinchera con sentido.


Luis Moreno Villamediana explora la obra de Ismael Urdaneta, un casi desconocido poeta marabino que combatió en la Primera Guerra Mundial, tras alistarse en la Legión Extranjera. Pausides González presenta una lectura de Maquillando el cadáver de la revolución (1977) de Julio Miranda. El mismo Miranda, por su parte, ofrece una lectura de Fuera del paraíso (1970) de Arnaldo Acosta Bello, en un texto rescatado de su estudio Las aventuras imaginarias (1991). El dossier viene cargado con poemas de Ismael Urdaneta, José Lira Sosa, Víctor Valera Mora, Lucila Velásquez, Jesús Sanoja Hernández, Lydda Franco Farías, Víctor Salazar, Ángel Miguel Queremel, Olga Luzardo, Juan Martín Echeverría, Argenis Daza Guevara, Alí Lameda, Julio Miranda y Arnaldo Acosta Bello. También, el lector encontrará una selección de Nada sobre Piedra, poemario inédito de Reynaldo Pérez Só, y un sorprendente poema del joven José Delpino. El recorrido culmina con tres breves notas sobre poemarios de José Antonio Castro, Antonio Urdaneta y Lucila Velásquez.

Este número representa un nuevo año para El Salmón, lo que significa la superación de algunos hitos hemerográficos, que condenan a uno o a tres números a la mayoría de las publicaciones independientes sobre poesía que aparecen en el país. El aniversario trajo, además, un aumento en el número de páginas y mejoras en el papel y la calidad de la impresión, todo gracias a las prensas de Editorial Ex Libris.

Próximo número: "Vulgar".

El alevín II - José Delpino

José Delpino (Maracaibo, 1981)


Nuevamente aprovechamos nuestro blog para ampliar la muestra aparecida en "El alevín", sección de El Salmón dedicada a promover nuevas voces de nuestra poesía. Esta vez se trata del poemario Phanes, de José Delpino, del cual presentamos el texto XIII.


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XIII


cae el monte
se desgrana como pan humedecido por una gran boca
y su altura escupe su caída
el monte
en su vertical de ramillete seco
el monte
que desgrana como una torta de trigo oscuro
y en la vena hincada, entre los bloques de piedra,
la saliva inyecta haciendo barro

la tierra cuece
la falda gira
la cinta del pelo se ciega en el piso
la pendiente hincha el pie
la pendiente del monte que rueda

cunde noche
la fronda verde abre su sello
el agua suelta voces
la cortada sonora de un hada inmensa

cunde fronda
un cuerpo dormido yergue su herida
esta tierra se hace boca
promulga otra boca en otra tierra
esta tierra traga pies
esta tierra lame torsos

come la luna el sexo en el barro
come la baba negra en la greda
la luna carne
la luna tierra
piedra del cielo oscura

cae el monte
la noche que cunde
la fronda verde abriendo
el ojo de soslayo tras la reja de hojas
el ojo de soslayo tras la reja de hojas

cuece distancia
cuece piedra el torso
cuece el brazo y hala
viene
baja
del monte crece el ruido
una turba de pies mostrando el carbón de planta
al tiempo
al monte
una turba de cuerpo inmenso

cae el monte
gira la falda y suelta la herida
suelta el pie tras el pie la carrera
suelta cinta
suelta hogueras de pelo
hace boca su tierra
pronuncia el borde rojo
inmenso
mínimo

cielo
cielo vientre tu sordera blanca
la hiedra que turba
que se tumba en el barro
el ojo de soslayo tras la reja de hojas
el ojo de soslayo tras la reja de hojas

muda
muda recojes tu pelo
bajando el monte con tu saya henchida,
con tu turba de piernas erguida sobre la vertiente honda
erguida sobre la mordiente
allá
bajando
pies desnudos
hiedras torvas
retumban los pilares batientes sonriendo con sus plantas negras
al monte
al tiempo

caen pasos
caen pasos
la sangre coagula en flores
el frío, la lengua, coagulan
encienden abismos de pétalos

cae
cae tu seno al viento y lo empoza de carne
cae roja enredadera la lengua y se entorna por la nada
entre las hogueras
entre las lejanías

suena
suena penitente llamada tu grupa animal
suena tu cadera penitente huida
tromba embestida agua

cae el monte
cae el monte
cierras el paso con tu fronda de plata
con tu agria bebida negra en mi boca
con tu muñeca rota
frágil
quebrada

caen
reptan pétalos sobre la entraña oscura
cae
late víscera tu pecho
late aire y pulsa
pulsa
la mole verde
la mole viento que gira

quiebran círculos las hojas rojas
crece el aire su lengua y gira
hincha de ramaje el muro

late
late víscera tu pecho
late aire y pulsa
el labio musita su partida
pronuncia su borde rojo
cae en el envés del aire
inmenso
mínimo

cielo
es cielo vientre tu sordera blanca
una cruz en el desierto de los cielos
un abismo de ojos que ciñen tras la fronda

negra
santa oscura de manos encendidas
roja
santa de abismo
fruto de tu vientre la tarde
fruto de tu vientre caída
fruto de tu vientre mi semen de plata
fruto de tu vientre mi lengua
fruto de tu vientre la nada
fruto de tu vientre María rota
fruto de tu vientre María ciega

Santa madre de los dedos que miran
mordida es fruta nuestros pechos
nuestros pechos en hondas verticales
Santa madre de los dedos que miran
Santa madre de los dedos que miran

torre de marfil la punta de tu lengua
rosa de mirra
cuece tu sexo roto su labio
come fruto tu sexo
come sexo roto
come labio
come sexo erguido
come santa
come caminante
traga tiempo
lame brisa con su boca negra
con su oro rojo
con su carroña de hálito dulce
y traga tiempo
traga tiempo
traga tiempo

cae el monte
cae el monte a tu paso
y a tu paso se desatan las trancas de la lluvia
cae el monte de gente
cae el monte dormido

cae el monte

cae el monte

cae el monte y suena un río de entraña

de tu pie
que se yergue

alto

sobre la mordida



delpinoivivas@gmail.com

SOLDADO - 2.000 estrellas más arriba de la estrella polar



2.000 estrellas más arriba de la estrella polar
pasé, muerto de frío, con la luna en los brazos,
escupí las ciudades, las avenidas chisporroteaban como cirios
enfrente de las casas lucían llamas cuidadas como un árbol
sin conocimientos del agua.

Los cuartos con señoritas, los patios con mastines,
los manteles esperaban ansiosos el tintineo de cuchillos,
la consagración del vino donde una larva roja
huía entre el reflejo de las botellas.
La muerte de los pavos no cabía en las bandejas,
comidos fuera de navidad, sus huesos fueron arrojados
por la puerta de atrás de los pobres.

2.000 estrellas más arriba de la estrella polar, en una galaxia bella
no puedo describirla, fundé mi casa entre horcones de oro macizo
y puse un número también bello para distinguirla.
Seis días de trabajo y al séptimo colgué mi ropa por el cinturón
y salí al aire a lavarme las manos.
¿Qué hacen varadas las poblaciones con un cementerio a la salida
otro a la entrada, cada cual golpeando encima de su fosa
un metro alto de tierra sobre la cual se riegan las amapolas?
¿Qué hacen varadas las poblaciones con tallos de neón
siempre a la misma hora y con analfabetos buscando sus parientes
en direcciones anotadas entre letras gigantes, del tamaño de una pulgada?
¿Dónde el río, dónde el mar?
Talé montañas completamente olorosas, mi hacha se quebró
y busqué otra, más dura, oída en el Mediterráneo.
La gente oía los golpes y recibía noticias de incesante labor.
Icé las velas a orillas de los océanos
con provisiones que no le daban tregua al diente.
Mares rojos, mares inmóviles, mares espantosamente altos.
Los continentes recibían cada mañana un beso
los doblaba por detrás de penínsulas y las aves volaban encima
del timón como sobre una rosa.
No fue hoy, puedo decir que siempre. Aun antes del humo
cuando forzaba caracoles y destrozaba sus tapas para alimentarme,
cuando el cobre despertó clarín y el hierro recamaba los pechos
y lucía en las cabezas y en las picas sobre astas de madroño.
Ni yo ni mis cabellos éramos visibles, pues el polvo ejercía sus dominios.
Sólo mis órdenes a través de lo espeso
sólo los corazones manando sangre.
¡Ciudades mías, con brea ardiendo sobre los techos!
¡Siervos, adoro los domingos cuando salgo a bautizar vuestros hijos!
Dadme un almud de trigo y está bien. Os doy un calendario lleno
de Santos y mis iglesias queman incienso y canto sobre el atrio a coro.
Cazo mis jabalíes y no pregunto nada. La historia está sobre los
espinazos, marcadas con hierrro las gibas.
Cuando debía durar, duró. Somos exactos y entre desmayos
pasé por guillotinas cabezas coronadas. Fundí la cera
que sellaba los labios, visité las imprentas y durante tres noches
hubo más escritura que luises del Imperio.
Nieve de calofríos.
Le jour de gloire est arrivé
como un gran día, como un gran día.

Mucha necesidad de mar, como si el mar fuera de ingleses y de España.
Yo soy Sir Walter Raleigh de relente, y ya está distinguido ese
barco con siete capuchinos dormidos sobre cubierta.
¿Cómo evitar mis cañones de Sotavento, mi sonrisa pisando la seda
contando con un golpe de ojo las perlas, los doblones y todo cuanto
pueda aprovechar, reina mía?
Envío de los tesoros del cielo y de la tierra y los que lleva el mar.
Como una divinidad, y esto es otra cosa, las arenas de Asia
fueron guardadas entre cajones, finas, como cintura de la más bella hindú.
El mapa de las especias, más codiciado que sexo de egipcia, en el
puerto de Londres, marea de los mercaderes y entre sorbos de whisky
trazan con lápiz rojo los nombres misteriosos.
Oriente brilla como un brazalete de seda marcado con pedrerías.
2.000 estrellas más arriba de la estrella polar, el mundo hacíase
a su antojo, en tanto el Missisipi lleno de negros ahogados
y negros que ondean blancas vegas o negros sobre una rubia pradera
de tabaco. Negros arponeados y hundidos con la madera del arpón
hasta las costillas, empujados al fondo de la corriente, awk, awk, awk.
África recordada como en navidad, pateaban por el culo y caían de cabeza.
60.000 barcos florecían diseminados en el estuario.
Poco después de Abraham, trenes y aviones y una carreta llena
de pieles rojas despellejados, arrojados bocabajo. Los buitres
se tragaban los ojos en tanto Wall Street se erguía con ala de
platino tendida sobre los suyos.
Nos, americanos y latinos por añadidura, por la teta que despierta
hacia África, llegaron lusitanos dormidos bajo la gaita y el resto
de la tierra se ornamentó de españoles. Varones barbirrojos plantaron
un cafeto con círculos de agua brillando sobre la raíz.
El Dorado enterró rubios Belzares que lloraban por una cerveza
y hablaban con Sigfrido sobre el anca de los caballos.

2.000 estrellas más arriba de la estrella polar una luz vagabunda me ilumina
la cara y el corazón es nítido como el fruto de un árbol.
Más acá del Dunquerque, entre detonaciones ¡nada de infiernos! París
recostaba su Arco de Triunfo como un tulipán sobre el pecho de un muerto, y
Nagasaki saltó, tal una liebre, arrojada en el fuego.
Poderosos, semejantes al mar, los soviéticos balancean los hombros
y cantan con estruendo jamás conocido.
Entre sotos y moreras los chinos riegan su patria con arroz, como
en la boda y grandes torres ¡jamás arrepentidas! truenan sobre la infancia más bella.
Cuba nos mana del corazón como un chorro de sangre que llega hasta los cielos
y los pinta de oro, 2.000 estrellas más arriba
de la estrella polar. ¡Mi casa está teñida de alegría entre horcones de oro macizo!


Arnaldo Acosta Bello
De
Fuera del paraíso. Caracas: Monte Ávila Editores, 1970. pp. 63-68.
Biblioteca Nacional de Venezuela. Cota: V861.44 A185f